¿Quién podría decir que algo es perfecto?
Nada puede ser perfecto, no al menos que sea hecho por manos humanas.
Lo eterno es perfecto, lo invisible, lo oculto ante los ojos humanos; como un murmullo en la oscuridad, algo secreto que nadie puede ver, escuchar o sentir. Adonde se nos ha prohibido el paso, ¿quién ha violado esa regla? No ningún humano que conozca o tenga memoria; lo humano esta repleto de error; aún así somos el centro del amor más inmenso jamás visto: el amor de Dios.; y... ¿por qué Dios nos ha puesto como su centro de amor?. En realidad Dios no necesito crearnos, nos creó como expresión de su amor, como su más grande e increíble creación.
Y nada puede explicarlo mejor que sentir la brisa en la madrugada, o sentir el calor al atardecer, quién nos prohibiría dar un respiro profundo y desatar todas las penas en el corazón del hombre. Nadie. Y aún en las penas del alma, en el corazón abatido, o en la noche más sombría hay una luz al amanecer, al venir el alba con su resplandor a disipar todo dolor o angustia; cada día traerá nuevos motivos para sonreír y luchar.
Y es que el amor echa fuera todo temor, porque el amor protege, el amor da paz y da regocijo en el corazón del hombre, y nadie que no haya sentido amor no podrá amar tan perfectamente como Dios nos ha amado a cada segundo de nuestra vida; el amor de Dios no tiene error, ¡es perfecto!
Y Dios no se muestra tan grande y lejano, sino se limita a nuestra humanidad, nos demuestra su amor con las pequeñas cosas, porque, ¿quién quisiera creer que Dios es tan lejano, si esta en el corazón del hombre? Dios esta tan cerca de nosotros, el habita en nuestro corazón. Y su amor permanece siempre, como la columna principal de todo ser vivo, su amor esta en cada hoja al caer, en cada ave al cantar y en cada ser humano al respirar.
Y es este amor perfecto el que mantiene todo equilibrio en el universo, porque su amor mismo es el fundamento de todo lo que existe. Las cosas visibles e invisibles.
Su amor para el ser humano se ha demostrado desde el inicio y hasta el final, porque su amor no cambia y si el ser humano pudiera amar como ama Dios todo sería distinto, porque su amor no se enoja, no se angustia su amor no busca su propio interés sino se pone a la disposición de los demás. A nuestro lado a todo momento a toda hora, en cualquier momento en cualquier lugar. ¡Su amor nos sigue a todas partes!
Y somos nosotros la expresión máxima de su amor, al ver el universo y los seres vivos; ¿quién es el ser humano entonces para ser el centro de su amor? Porque nosotros somos la expresión más grande de su amor. El hizo todo perfecto en su tiempo. Y nada hecho por las manos de Dios es imperfecto, porque el es perfecto y como el es amor y la fuente de todo amor, es a Él a quien debemos de seguir cada día para no perder esa conexión con el amor.
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